miércoles, 29 de agosto de 2012

8 minutos


En París, un padre se enfada con su hija durante el desayuno por haber derramado la leche. En Chitungwiza, un niño llora porque se le ha escapado la cabra a la que cuidaba y no sabe si la podrá encontrar. En Kuala Lumpur, un abuelo se descorazona por no poder levantarse de la cama tras un ataque de artritis. En Chicago, una joven llora desconsolada porque su novio la engaña con su mejor amiga. En la bahía de Sidney, un buceador se desespera porque se le termina el oxígeno y no tiene suficiente para la descompresión. En Tokio, un hombre se sube al quicio de la ventana de su oficina tras enterarse que las acciones de su compañía caen en picado. En El Cairo, una mujer llora en silencio tras conocer que su hijo padece cáncer de piel. A bordo de la Estación Espacial Internacional, un hombre siente una punzada de dolor lacerante en su abdomen.

Tras ocho minutos, todo cambiará. Nunca sabrán que el Sol se ha convertido en una gigante roja que engullirá la Tierra y toda vida desaparecerá.

miércoles, 6 de junio de 2012

"UNDERGROUND GIRLS"



A finales de Mayo ha visto la luz “Underground Girls”, publicado por Neurótika Books es una estupenda antología de mujeres creativas y combativas, contiene relatos, ilustraciones, fotografías y mucha energía.

Recopilados por José Manuel Vara, estas 500 páginas de mujeres creativas guerrilleras, combativas y “cojonudamente ováricas” es una lectura que no te dejará indiferente.

Mis felicitaciones a las escritoras.

Puedes descargarlo aquí.

domingo, 20 de mayo de 2012

TACÓN GRENACHE


Garnacha, dijo ella, mientras las comisuras de su boca dejaban escapar una gota de un líquido rojo granate. Entonces, devorándome con los ojos, se dio la vuelta. Dio dos pasos y se volvió a mirarme, retándome con una sonrisa pintada en su cara. Yo la seguí, copa en mano, por la bodega  llena de amigos y compañeros. Moriría por el contoneo de sus caderas, su pelo cobrizo y la visión de esos taconazos me fermentaba bajo el pantalón. Detrás de un barril de roble, me acorraló. Esos tacones granate, que acabaron clavándose en mi pecho, lucen ahora en mi estantería.

lunes, 14 de mayo de 2012

Con la frase... SI NO SABES LO QUE ES, ENTONCES ES JAZZ


-         Hija estás como ausente, ¿qué te pasa?
-         No sé muy bien, mamá
-         Si te tiemblan las piernas, si las tripas te bailan la polka, si la pituitaria se te dispara al oler su perfume, entonces, hija mía, es que estás enamorada
-         No mamá, no es eso
-         ¿Entonces?
-         Si las notas se te escapan al soplar y bailan solas, si los pájaros detienen su vuelo en un do sostenido, si las margaritas inundan de primavera los parterres…
-         ¿De qué me hablas, cariño?
-         Mamá, si no sabes lo que es, entonces es jazz.
Tomó el saxofón y comenzó a tocar, arrastrando el invierno.


RELATO GANADOR del ACCESIT EN "A MANSALVA" EN LOS LOS DIABLOS AZULES con Vanessa Monfort.

jueves, 3 de mayo de 2012

DUELO DE HONOR - Microrrelato indignado




–Elijo espada – dijo, desafiante, tirando el guante sobre la mesa.
–A la primera sangre – contestó su oponente desde el otro lado.

Se estrecharon las manos. Cerraron el acuerdo.

El padrino, vestido de verde,  después de lavarse cuidadosamente las manos, ayudó al ofensor a colocarse los guantes y la mascarilla. La espada brillaba bajo los focos, limpia, esterilizada, aséptica. A la primera sangre, murmuró ella mientras iba contando hacia atrás desde diez.

Al despertar, su pecho izquierdo ya no estaba allí.

miércoles, 25 de abril de 2012

TALLADOR DE KINBAKU



Cárdenas señales en tu brazos
Marcas de cuerdas
Orlan tus caderas
Vestigios cincelados en tu carne
Aroma a yute y piel
Extraviada

Mi cuerpo se derrite,
arrebatado
al sentir en mis dedos
La  arrogante  tersura
De tus senos
Que esculpidos de versos y deseo
que me inundan , me enloquecen
Me derraman.

Mazapán olvidado
Entre tus nalgas
soy

domingo, 15 de abril de 2012

CON LA FRASE... "Y DESPUES SE ME ROMPIERON LOS TACONES"


Coincidimos en el 27. El subió en Colón, empapado. Unas gotas de agua resbalaban desde su pelo negro y caían, lentas, sobre sus hombros. Me miró y sonrió. Durante unos segundos esos ojos reflejaron los prados verdes de mi adolescencia, las tardes de sandías junto al río y el olor a testosterona de las noches. Los mismos ojos, el mismo pelo cayendo indolente sobre su frente y esa sonrisa que me persigue desde hace cuarenta años.

Me bajé en Atocha, nerviosa y azorada como una adolescente. El me dijo adiós con un parpadeo. Caminé deprisa hasta mi portal, tratando de escapar a mis recuerdos, de borrar los ojos de aquel que pudo ser el hombre de mi vida, de éste que pudo ser mi hijo. Corrí, apoyada en mi bastón, huyendo.  Entré en el portal tropezando con la alfombrilla. Trastabillé y me equilibré, después se me rompieron los tacones, se me craqueló el maquillaje, las canas me arrollaron y el alma, encogida, la deposité junto a mi dentadura en el vasito de la mesilla.

RELATO GANADOR EN "A MANSALVA" EN LOS LOS DIABLOS AZULES con ISABEL GONZÁLEZ

martes, 10 de abril de 2012

EL AFAMADO CAZADOR DE DEDOS


-         ¡Paco! Ponme otro chato, anda –Anselmo deja el vaso sobre la barra.
-         Ahí tienes, tu clarete.
-         Oye, ¿ese de allí no es el del tiro en el pie?
-         Si, el que está con el Anselmo –tercia Julio desde el taburete de al lado
-         Pues todavía parece que cojea.
-         ¡A ver!  Se llevó por delante dos dedos. Calla, que vienen p’acá
-         Hombre, Julio, ¿qué tal? –el recién llegado, vestido con una chaqueta de pana verde nuevecita y un sombrero con plumas de faisán,  da unas palmaditas en la espalda a Julio.
-         Ahí vamos, ¿y tú?
-         Tirando, ya sabes.
-         ¿Conoces a Luis?
-         ¿Qué tal? –con una mano saluda a Anselmo y con la otra se quita el sombrero y lo deja en el taburete de al lado.
-         Bien, hombre, bien.
-         Paco, pon otra ronda por aquí.
-         A mí mejor una Mahou, que ando todavía con las medicinas –la chaqueta verde nuevecita brilla como la piel de un cervatillo cuando se inclina sobre la barra.
-         ¿Y qué, a echar un ojo a los comederos de los guarros?
-         Bueno, a dar una vuelta a ver como va la cosa.
-         ¿Como va a ir, con tanto furtivo? ¡Pues mal! –Anselmo chasquea la lengua y resopla.
-         No será ‘pa’ tanto hombre, mira que te quejas –Julio pela un cacahuete y sonrie.
-         Di que sí, Anselmo, que tienes razón, coño, que todos pagamos el coto y siempre hay algún cabrón que nos levanta las piezas –dice Paco mientras pasa un paño por la barra.
-         Joder como os ponéis, ni que no hubiera caza para todos.
-         Coño, es que pa pagar los comederos todo el mundo anda tieso, pero luego, cada dos por tres aparece algún jabalí herido.
-         Bueno, yo me voy. Venga, cóbrate la ronda –Luis saca la cartera, deja cinco euros en la barra y se pone el sombrero.
-         Pos hasta mañana, hombre, y gracias por el chato.
-         Venga hasta mañana –se abrocha la zamarra y sale cojeando.
-         Oye, Anselmo ¿de verdad éste se disparó limpiando la escopeta?
-         Eso dice él.
-         ¿Y?
-         Pues que el Gregorio dice otra cosa.
-         ¿Y que dice?
-         Pues que estaba esa noche esperando a un guarro en las Posaíllas y escuchó un disparo y unos gritos, y que era la voz de ese gilipollas. Y luego al otro día apareció muerto de un tiro un guarro de casi veinte arrobas.
-         ¡Hostias! –dice Julio.
-         ¡Amos no me jodas! Así que el señorito se cagó de miedo cuando se lo encontró de frente.
-         El afamado cazador de dedos, como le llama mi hijo.
-         Chico listo tu hijo, y con retranca.
-         ¡Que lo mandó a una buena escuela, hombre! –Paco pone otro platillo con cacahuetes
-         Pues sí, que buen dinerito me costó –Anselmo hace un gesto con la mano.
-         Bueno, me marcho que la parienta se va a cabrear si llego tarde.
-         Venga saluda a tu mujer de mi parte –dice Paco mientras lava un vaso.
-         Hasta mañana, parroquia.

PD: De verdad de la buena, que esta historia ya tiene un par de años...

jueves, 5 de abril de 2012

REMATE FINAL - Microrrelato Indignado


Emilia, según pasaban los meses, iba vaciando su vida de esperanzas. Durante los años de cajera en aquel supermercado de las afueras con un salario de miseria, consiguió hacerse con unos ahorrillos. Después de dos años sin trabajo, sin ingresos y sin futuro, tiene que ir haciendo economías para sobrevivir. Comenzó vendiendo la tele, un abrigo, su anillo de compromiso, la cafetera que le regaló Manuel, todo lo que tenía algún valor ya lo ha vendido. Hoy, sin poder soportarlo, acaba de tirar a la basura su sueño de ser madre. Sabe que eso no se vende bien.

domingo, 1 de abril de 2012

PRIMA DE RIESGO


Hasta hace unos días nunca había oído hablar de ella y ahora es famosa. Mamá dice que no haga ni caso, que esa no es de la familia, pero a veces las madres no dicen la verdad. El otro día, en uno de los periódicos de esos gratis que lleva la profe de mates, hablaban de ella, pero cuando mostré interés me miró raro. Incluso la nombraron en el telediario anoche, pero como yo estaba leyendo un cuento de princesas, llegué tarde. No sé que pensar, esto de ser hija única, de padres hijos únicos, no da primos. O al menos eso es lo que dice la seño. Anita Rengel, mi compañera de pupitre, dice que ella tiene muchas, pero claro es que la familia de Anita es enorme. Pero enorme enorme, imagínate, son tres hermanos. Y ella sí que tiene primas, muchas, no como yo. Estoy deseando conocerla. Por eso no entiendo que mis padres me miren mal cuando les pregunto cuando voy a conocer a la prima. 

jueves, 29 de marzo de 2012

Concurso de microrrelatos "En 99 palabras"

Miguel Molina ha convocado a través de su blog en99palabras, con la colaboración de la editorial Baile del Sol y la ilustradora Clara Valera "Claruilna",  el concurso de microrrelato "En 99 palabras".

Reciben textos hasta el 4 de Abril.

sábado, 24 de marzo de 2012

ESPERANDO A GLADYS



Desayunaba con la sección internacional, deportes lo reservaba para media mañana, ciencia y cultura le animaban la tarde. Al anochecer, Gladys se despedía de él con un buenas noches y el periódico del día bajo el brazo. El, cada mañana, descubría el mundo con tinta recién impresa, mientras ella canturreaba por la casa.

Empezó a pensar que ese atentado estaba durando mucho, su equipo de fútbol perdía de nuevo y los estrenos de teatro le sonaban muy familiares. Las hojas estaban perdiendo tersura, y las letras se desdibujaban, pero el periódico seguía en la mesa cada mañana, junto a su tazón vacío.

lunes, 19 de marzo de 2012

Con la frase... OTRA VEZ LA CARNE

 

      –   ¿Me quieres?
        Claro mujer.
        Pero, ¿me quieres de verdad, con  el alma, con esa clase de amor que es    deseo y pasión y ansia?
        Que sí, mujer. Te quiero así, con deseo, pasión y ansia.
        Entonces…
        ¿Entonces qué? ¿Qué te preocupa?
        No sé, a veces te noto raro, como si yo no fuese suficiente, como si echases en falta algo, como si …
        ¿Como si necesitase tocarte? 
        Eso es.
        Tocarte de verdad, morderte y follarte como antes.
        Eso, como antes.
        ¿Crees que volveremos a eso?
        Claro mujer. Cuando dejemos la órbita de Júpiter, nos reintegrarán de nuevo.
        ¿Y seremos como éramos antes de la desintegración?
        Si mujer, volveremos a ser carne.
        Otra vez la carne… Y Maruja, Amalia, Pilar y la vecinita tan mona de la nave que viene de Marte, también?
        Claro, todos volveremos a ser como éramos.
        ¿Pues sabes qué te digo?
        ¿Qué?
        Que casi me quedo como estamos. Me gusta sentir como cosquillean mis átomos cuando me piensas. Y además ¿los átomos ponen los cuernos?

RELATO GANADOR EN "A MANSALVA" EN LOS DIABLOS AZULES con PABLO MAZO.

martes, 13 de marzo de 2012

CANCIÓN DE CUNA PARA UN MIRLO COJO


Salió al jardín y se sentó en la tumbona, frente a la montaña. Era una mañana fresca, con el sol oculto por algunos jirones de niebla trepando por las laderas. Iba a comenzar a leer cuando, por el rabillo del ojo, un movimiento le hizo volver la cabeza y sonreír. Allí estaba el mirlo cojo, caminando a saltitos cerca de ella, a la caza de algún insecto. Lo vio capturar un saltamontes, sostenerlo en el pico y escabullirse entre las ramas camino del nido.

Una mañana, tiempo atrás, había peinado su cabello, algo canoso ya, y había dejado sobre la hierba un montoncito de pelos que habían quedado enganchados en su cepillo. El mirlo los había cogido y se los había llevado al nido. Sería lana de nido, lecho de alguien. Esos tres huevos, si llegaban a nacer, serían como sus nietos.

Ella leía mientras la niebla levantaba, y de pronto, unos pajarillos negros con el pico amarillo como baberos de niño bien, comenzaron a aletear en el tibio aire de la mañana. Entonces, muy despacio, comenzó a entonar una canción de cuna. La niebla había despejado y el sol ya iluminaba la cresta de la montaña.

jueves, 1 de marzo de 2012

NI-NI EN ESTA CRISIS DE MIERDA


Generación ni-ni
que se prolonga
hasta las canas
ni estudio nada
ni trabajo
más allá de buscar
trabajo
leo, leo, leo
escribo, pienso y leo
pongo la lavadora y juego al pádel
leo
ni-ni

Ni se vislumbra una opción de curro
digna
para nadie
recortes y recortes
desnudos frente a ellos
quedaremos
ni derechos ni nada
por lo que hemos luchado

Ni tampoco he empezado
aún
a asaltar bancos
iglesias
sedes de los partidos
fundaciones
ni empresas públicas
ayuntamientos corruptos
y de los otros
¿los hay de esos?
Ni a asesinar políticos
Ni banqueros
Ni a los gurús de Lehman brothers
¿brothers de quien?
Brothers de mierda
Brothers in weapons
Deberíamos


Ni grito
aún
ni llamo a la revolución
ni entiendo porqué
aún
solo indignados
armados deberíamos
estar
hasta las tripas
contra el dinero
los paraísos fiscales
y los miles de ceros
que hemos pagado a los bancos
que un dia nos arruinaron

Contra ellos
armados hasta el alma
mandemos a la mierda
a todos esos manguis

martes, 21 de febrero de 2012

MEJILLA A LA SAL

Dedicado a mi buena amiga Yanet Acosta. Mejilla a la Sal es el título del primer capítulo de su fantástica novela EL CHEF HA MUERTO


MEJILLA A LA SAL



Fue un fogonazo de lucidez lo que le insufló el valor para enfrentarse a ella de nuevo. La inauguración de una retrospectiva suya en la Galería Juana de Aizpuru, la pista que necesitaba para volver a encontrarla. La famosa pintora argentina vendrá a Madrid mañana y se alojará aquí, consiguió sonsacarle al portero del hotel donde se alojaba siempre que venía a la ciudad. Tantos años después, y a pesar de todo, ella seguía fiel a sus costumbres. A todas, incluso a ignorarlo, a no enviarle ni un saludo, ni una palabra. Nada. El más absoluto vacío. A él que lo había sido todo para ella; su amante, su amigo, su mentor, su mecenas, su agente, sus brazos y sus piernas, sus ojos y su corazón. Luego, desde aquella maldita mañana, ella había soltado amarras y había zarpado de su vida. Durante años solo supo de ella porque a veces, en la prensa, oteaba sus velas blancas en el horizonte. Pero ahora estaba en Madrid y no podría rechazar su plato favorito.

Buscó las mejores carrilleras de ternera, las más tiernas, con esa telita blanquecina que las recubría, protegiéndolas como el arrullo de un bebé. El carnicero le ofreció limpiarlas, pero prefirió hacerlo él. Se sirvió una copa de vino, buscó el viejo vinilo que ella le regaló una tarde de invierno y con movimientos delicados dejó el disco sobre el soporte y bajó la aguja. Gardel maullaba al amor desde el salón mientras él se lavaba las manos. Con un pequeño cuchillo muy bien afilado fue retirando la telilla que arropaba las carrilleras. Cuando la carne quedó limpia, las cuatro mejillas rojas sobre el mármol blanco de la encimera le hablaban de cóctel y amor.

Encendió el horno y lo precalentó hasta alcanzar los 180º. Mientras se calentaba, preparó un lecho de sal gorda en el fondo de la bandeja, lo aplanó bien con la palma de la mano y sobre aquella cama blanca dispuso en perfecto orden las mejillas. Lavó una ramita de romero, la deshojó y colocó las hojas sobre la carne; luego, como un camión de los que espolvorean sal sobre la carretera en las tardes de invierno, fue esparciendo sal sobre la carne hasta que todo fue una montaña blanca. Blanco sobre blanco, compactando bien, mientras el bandoneón y Gardel le pintaban una lágrima triste que acabó sobre la copa de vino, ya vacía.

Bajo la colina de sal, que embadurnó con una brocha untada en clara de huevo batida, se ocultaba el tesoro. Mientras Gardel engalanaba las rosas, peló las manzanas reinetas, las cortó en finas rodajas y las puso al fuego rociándolas con unas gotas de limón. Cuando comenzaron a hervir, removió con una cuchara de madera, con infinito mimo, y un rayo misterioso hará nido en tu pelo, mientras las calles de Buenos Aires desfilaban ante sus ojos, tomado de la mano de ella. Unos minutos después, cuando las manzanas se deshicieron, las retiró del fuego, las puso sobre un plato llano y las prensó con un tenedor. El puré de manzanas estaba listo.

Cuando, tras los treinta minutos obligados, el bip-bip del horno avisó, se sirvió otra copa de vino y dio la vuelta al disco. Sacó la bandeja del horno, la colina blanca de sal endurecida y brillante, caliente y acogedora, le recordó el tacto de sus nalgas, tan blancas, tan suaves, tan firmes. Por esa piel hubiese dado todo. Por esa mirada suya hubiese dado la vida. Lo que ocurrió aquella mañana fue un error, un estúpido, inmenso e imperdonable error. 

Con un mazo de madera resquebrajó la colina de sal y fue apartando las lascas hacia los lados, hasta descubrir el tesoro sonrosado, mostrando esas pequeñas vetas blanquecinas que le aportaban todo el sabor. Retiró las carrilleras, las colocó sobre la tabla de cortar y fue haciendo lonchas muy finas, como las sábanas de seda que ella adoraba. Después de colocarlas en la bandeja, dispuso el puré de manzana junto a ellas y depositó una lágrima de mermelada de violetas sobre cada loncha de carne. Cubrió la bandeja con la cúpula metálica y la dejó en el horno, que aún estaba caliente.

El portero del hotel le abrió la puerta, sonriendo de forma pícara al ver el enorme paquete con lazo rosa que llevaba en la mano. Que tenés el alma inquieta de un gorrión sentimental, repetía aún en su memoria la vieja voz tanguera mientras el ascensor lo depositaba en la tercera planta; perdoná si al evocarte, se me planta un lagrimón, y los segundos ralentizándose frente a la puerta de la habitación.


Ella no mostró sorpresa, ni alegría, ni siquiera le hizo un reproche.  Le dio dos besos de cortesía y abrió el paquete. El hubiese querido cantarle, que al rodar en tu empedrado es un beso prolongado que te da mi corazón, pero estaba allí, de pie, parado en medio de la suite, sin poder articular otra frase que no fuese aquella que tanto tiempo había ensayado: “Ábrelo y disfruta, aún está templado, como a ti te gusta”. Desató el lazo rosa, y sin mirarlo, destapó la cúpula plateada. El miedo volvió a apoderarse de él, temiendo la mirada de aquella maldita mañana en que le pilló, pincel en mano, retocando uno de sus cuadros

Luego ella, tomando un pequeño pedazo con el tenedor, lo llevó a su boca y cerró los ojos, mientras una lágrima furtiva descendía por su cara. El quiso tomarla con su lengua, lamer esa mejilla, la gota salada que descendía mientras el permanecía pegado a la moqueta. Ella, al fin, habló:
                        - Nunca supiste pintar, boludo, pero sos un artista.


martes, 14 de febrero de 2012

CAMAS


Hay camas donde nacen los hombres
y camas donde mueren los sueños 

Hay camas donde lloran los niños
asustados por el ruido del viento
camas donde sufren los viejos
que no recuerdan ni su nombre


Hay camas arrasadas de olvido,
de quimeras y hastío
de indiferencia y miedo
Hay camas donde las ambiciones
desmantelan las noches
y hacen oscuro el alba

Hay camas con sábanas de besos
con mantas de caricias y almohadas de pasión
Hay camas con engaños cual chinches
de cuerpos que pasaron y no dejaron nada más que dolor

Hay camas de ricos y de pobres
cartones empapados bajo la lluvia helada
camas que son mansiones
camas donde no cabe ni un resquicio de viento
Hay camas donde el odio se esconde en las arrugas
Camas frías, camas calientes, camas por horas

Hay camas donde dormir
Hay camas donde soñar despierto

lunes, 6 de febrero de 2012

UN RASTRO DE AGUJAS VERDES

La mujer recogió el casquillo. Registró los bolsillos del muerto hasta dar con lo que buscaba. Lo guardó en su mochila, miró a su alrededor y se fijó en mí. Dejando un rastro de agujas verdes peinó la nieve con una rama de pino, como si fuera un jardín zen. Continuó así hasta el lindero del bosque y allí se perdió entre los árboles. Abandoné la rama, extendí mis negras alas y volé hasta el cadáver. Llevaba varios días sin comer, decidí comenzar a picotear por los ojos; me sacié. 



lunes, 30 de enero de 2012

Con la frase...LA CERVEZA ESTABA TIBIA


Siempre me han acusado de ser un mal imitador y eso me jode. Mis cuadros, falsas copias, se vendían bien pero mis colegas detectaban los errores, las pequeñas variaciones de color, una proporción desajustada en el tamaño del cuello, o de las manos, cualquier pequeño detalle que desmerecía del original. Cuando Juana me dejó, abandoné los pinceles y seguí con el arte.

Desde aquella vez que vi en una serie americana como una tortuga portaba la cabeza seccionada de uno de los jefes de un cártel mexicano,  con esas patitas cortas y como con garras, y explotaba en mil pedazos, quise probar. Encontrar la tortuga me costó, pero, pese a mi dedicación, el resultado no fue digno de un tipo como yo. Pequeños detalles, hubiesen dicho mis colegas de saberlo.

Luego, me contaron de un soplón que había sido quemado vivo, arropado por dos neumáticos viejos, a modo de collar. Arte en estado puro. Me preparé a conciencia. El mendigo, medio borracho, no protestó demasiado cuando después de atarle manos y pies, le coloqué, a modo de collar, los neumáticos. Las llamas anaranjadas iluminaban el puente mientras llegaba desde arriba el sonido de los coches rodando sobre las juntas.

Satisfecho, cuando las llamas se extinguieron y solo quedaba un resplandor rojizo en el suelo y un olor acre en el aire, volví a mi coche, sediento, y apuré la lata de cerveza que aún estaba tibia, mientras trataba de saber si esta vez mis colegas me hubiesen aplaudido.


RELATO GANADOR EN "A MANSALVA" EN LOS DIABLOS AZULES con JORGE DIEZ

Fotografiía: PEDRO DE PAZ

lunes, 23 de enero de 2012

LA CENA ES A LAS 9






JUEVES 19 DE ENERO DE 2012

VISONES EN EL ANDÉN de Bosques de Marte



Yo la abrazaré bien fuerte y me la llevaré conmigo, recuerda Manuela haber pensado cuando la encontró bajo el fregadero.
Los zapatos le aprietan los pies, está cansada. Cansada de lavar la ropa de otros, de limpiar la mierda de otros. Al llegar a su estación, en el andén atestado de gente, una mujer con abrigo de pieles le dirige una mirada de desprecio. De pronto se escucha un disparo. El visón, chorreando sangre, cae al suelo provocando un tumulto. Manuela aprieta la pistola, aún caliente, contra su pecho. Uno de estos días la devolveré, murmura mientras los gritos resuenan en el andén.

PUBLICADO EN EL BLOG "LA CENA ES A LAS 9" http://microreczombie.blogspot.com/

lunes, 16 de enero de 2012

TODOS LOS CHINOS SE BAJAN EN SOL


Son guapos esos dos chinos. Me recuerdan a un personaje de una peli, pero no me acuerdo cual. Pantalones pitillo, zapatillas molonas, jerseys de cuello vuelto y americanas negras, ceñidas, y ese pelo negro y tieso levantado con gomina. ¡Uf! Dan ganas de tocarlo. ¡Coño, si todo el vagón está lleno de chinos! No estoy tan pedo como para estar alucinando. ¡Todos chinos! A lo mejor es que hay un vagón para chinos, otro para latinos, otro para negros y otro para europeos. A lo mejor me he equivocado de vagón y éste no es el mío, a lo mejor el mío es el siguiente. Mejor me siento y trato de dormir un poco.  Si es que es muy tarde, o muy temprano según se mire. Yo nunca cojo el metro a estas horas. Siempre vuelvo en taxi, pero hoy me he quedado sin un duro, menos mal que me quedaba un pavo en el bolsillo para coger el metro. Hoy no voy a ir a clase. Hoy no, estoy muerta.

Los chinos me miran, debo tener una pinta penosa. Las medias me las tuve que quitar, el idiota de Jon me vomitó encima. ¡Que asco! Apestaban. Y una de las zapatillas tiene una mancha parda de vómito. Debo tener cara de muerta. ¡Vaya noche! Ha sido cojonuda. Claro que he perdido a mis colegas y se van a mosquear conmigo. Cuando nos estaban echando del bar, salí a la calle a fumar un cigarrillo y allí conocí a ese tipo tan guay. Me piré con él.

Otro chino que entra. ¿Seguro que no me he equivocado? Todo son chinos. Como en mi barrio. Todas las tiendas son de chinos. Y están abiertas siempre; allí es donde compro la cerveza, o el zumo, y el pan y hasta los tampones. Siempre, todos los meses, me quedo sin tampones y tengo que bajar corriendo al chino de abajo a buscarlos. Ya me miran raro, pero me da igual. Nunca he hablado con ellos. Son muy extraños. Y siempre son jóvenes. ¿Es que los chinos no se hacen viejos? Espera, ahora que me acuerdo una vez he visto a una abuela china. Sí, iba con un par de críos, chinos claro, y casi nos la llevamos por delante. Mis amigas y yo, un trío de feria.

Sol, dicen por los altavoces. Menos mal, ya estoy llegando. Los chinos se levantan y me miran. Dicen algo que no puedo entender y me sonríen. Se bajan. ¡Todos! Todos los chinos se bajan en Sol. ¿Habrá una concentración de chinos a las siete de la mañana en Sol? Entra un montón de gente a mi vagón. Ya no son chinos. Ahora casi todos son latinos, pero también hay españoles. Y una chica muy guapa, recién duchadita, limpia. ¡Joder me doy asco a mí misma! ¡Tengo una facha!

¡Coño el mismo chino de antes! No puede ser. Si se ha bajado en Sol. Pero es el mismo, vaya que sí. Ahora va solo. Me mira. Está de pie, agarrado a la barra y no deja de mirarme. No me atrevo a mantenerle los ojos. ¡Puto chino, como me mira!


Estoy llegando, un par de estaciones más y estoy en casa. Me voy a dar una ducha, sin mojarme el pelo, y a la cama. Sin café ni nada. Tengo el estómago revuelto y la mirada del chino me está poniendo nerviosa.

Próxima parada, Manuel Becerra, escucho por los altavoces. Me incorporo y espero a que el tren se detenga para pulsar el botón y de pronto me doy cuenta de que todo el andén está lleno de chinos, de chinos, de chinos…


jueves, 12 de enero de 2012

UN NOMBRE ALEMÁN QUE AHORA NO RECUERDO


Tensión arterial: 19/12

Todo es blanco. Y grande. Esta casa, ¿de quién es? Es blanca y huele raro. ¿Y esto que tengo en el brazo? ¡Anda! Si es una aguja blandita, sin punta ni nada. No pincha. Por Dios qué de sangre. Sí, esta vez sí le he dado al jabalí. Un buen disparo por lo que sangra. Mejor dejarlo correr un rato, luego me acerco. 
-         Perdone, señorita, sí que lo hemos puesto todo perdido.
-         Pues es verdad, ya no se le ve por aquí, ha debido correr mucho.
-         Sí, no se preocupe, que ya me quedo tranquilito, ya verá.

Concentración de oxígeno: 91%

Yo me voy de aquí, este sitio no me gusta. Tan blanco y tan grande. Gente y ruido. Quiero ir al baño, me voy a levantar. Mira que son cabezotas, que me voy, no me sujetéis hombre, que no, que me voy. No quiero estar aquí. No me dejan en paz. ¡Qué calor! ¿Qué demonios son estas pegatinas que tengo en el pecho? Me pican. A la basura con ellas.
-         Pero si yo me iba a mi casa, señora, de verdad, que me esperan a comer.
-         Si yo soy razonable, pero es que me tengo que ir.

Auscultación: Crepitación en la fosa supraclavicular, sibilancia.

Tengo frío y también calor. Me tengo que ir. Me tengo que levantar y salir de aquí.
-         ¡Oiga! ¡Señorita! Quíteme esto de las manos, que me voy.
-         ¡Que no, que no me sujeten a la cama que me tengo que ir!
-         No, no quiero dormir, quiero irme.
-         ¿Pero qué me está pinchando?
Me tengo que ir, me t-e-n-g-o q-u…

Temperatura corporal: 38,5º

-         Buenos días, joven.
-         ¿Bien? He dormido pero que muy bien, pero me tengo que ir así que suélteme y no se enfade, es que me están esperando.

domingo, 8 de enero de 2012

MIEDO SOLIDARIO


Cuando cumplí cinco años me regalaron a la Princesa Aurora, esa del Príncipe Azul, y siempre estaba jugando con ella, así que abandoné un poco a la PopStar. Creo que por eso empezó a cantar bajito por las noches. A mí no me molestaba; antes, cuando era mi favorita, me gustaba cantar con ella en brazos, que cantase por las noches si quería. Pero un día, me pareció escuchar a la Patinadora hablar. Me estaba quedando dormida y de pronto lo escuché. Pensé que era mamá hablando con alguna amiga suya, pero me parecía un poco raro. Abrí la puerta de mi habitación y escuché. La casa estaba en silencio, pero aún oía una vocecita. Estaba tan cansada de todo el día en el cole, la clase de ballet, hacer los deberes y patinar, que me quedé dormida. Unos días después me pareció escuchar más vocecitas de esas pequeñas, y llamé a mamá y se lo dije. Ella se quedó un rato al lado de mi cama y me dijo eso de que tenía que ser valiente, que las barbies no hablan, que no debía tener miedo a la oscuridad. Yo le expliqué que lo oscuro no me da miedo, pero que las voces de las barbies no me dejaban dormir. Ella no me hizo caso, y papá tampoco. Y ellas siguieron hablando y hablando.

Luego, un día, mi Aurora empezó también a cantar aquello de “eres tú el príncipe azul..”. Me decepcionó, porque Aurora sabe que necesito dormir bien. Se lo dije, y le pedí que hablase con las demás para que se callasen, que cantasen o se contasen sus cosas por el día, mientras estuviera en el cole. Además, hablan entre ellas pero yo no las puedo entender, creo que lo hacen en un idioma propio, porque yo estoy aprendiendo inglés y no les pillo ni una. Si hablasen conmigo podríamos jugar, pero no me hacen caso. Nadie me hace caso, ni ellas cuando hablan, ni mis papás cuando se lo cuento. Una noche vino a dormir mi amiga Laura y ellas estuvieron calladitas toda la noche. A lo mejor porque a Laura sí le da miedo la oscuridad.

Puse todas mis barbies en una caja y las llevé al cole, mamá cree que no me dí cuenta, pero sé que sacó a Aurora y la guardó en su armario. Es su problema si se pone a hablar y a cantar por las noches, peor para ellos. También puse mi hucha con todos mis ahorros, aunque mamá no se dio cuenta de eso. Es que me da un poco de pena la niña que las reciba, que no la van a dejar dormir por las noches.

Hoy me han concedido el premio a la solidaridad en el cole, y me ha dado un poco de vergüenza. Estoy deseando que se haga de noche, espero que los peluches no se pongan a hablar, porque hasta dentro de un año no hay otro día de la Solidaridad.

martes, 3 de enero de 2012

TRES

Tres tristes trajes marcaron la vida de Tristán y en ninguno llegó a sentirse cómodo.
El de su comunión, un calvario de sesenta pasos hasta el altar vestido de almirante.
El de su boda, medio estrangulado por el nudo de la escurridiza corbata,  presagio de lo que ocurriría después.
El de luces, verde y oro bordado que, en las tardes de albero, le apretaba el valor hasta la náusea.  

Ahora, después de mandarlo todo a hacer puñetas, vagabundea por los callejones de Kabul, satisfecho y complacido, bajo un tupido burka azul. 



PD. Esta es mi pequeña contribución a la sonrisa, hoy, dia 3 de Enero.