miércoles, 29 de agosto de 2012

8 minutos


En París, un padre se enfada con su hija durante el desayuno por haber derramado la leche. En Chitungwiza, un niño llora porque se le ha escapado la cabra a la que cuidaba y no sabe si la podrá encontrar. En Kuala Lumpur, un abuelo se descorazona por no poder levantarse de la cama tras un ataque de artritis. En Chicago, una joven llora desconsolada porque su novio la engaña con su mejor amiga. En la bahía de Sidney, un buceador se desespera porque se le termina el oxígeno y no tiene suficiente para la descompresión. En Tokio, un hombre se sube al quicio de la ventana de su oficina tras enterarse que las acciones de su compañía caen en picado. En El Cairo, una mujer llora en silencio tras conocer que su hijo padece cáncer de piel. A bordo de la Estación Espacial Internacional, un hombre siente una punzada de dolor lacerante en su abdomen.

Tras ocho minutos, todo cambiará. Nunca sabrán que el Sol se ha convertido en una gigante roja que engullirá la Tierra y toda vida desaparecerá.