miércoles, 25 de abril de 2012

TALLADOR DE KINBAKU



Cárdenas señales en tu brazos
Marcas de cuerdas
Orlan tus caderas
Vestigios cincelados en tu carne
Aroma a yute y piel
Extraviada

Mi cuerpo se derrite,
arrebatado
al sentir en mis dedos
La  arrogante  tersura
De tus senos
Que esculpidos de versos y deseo
que me inundan , me enloquecen
Me derraman.

Mazapán olvidado
Entre tus nalgas
soy

domingo, 15 de abril de 2012

CON LA FRASE... "Y DESPUES SE ME ROMPIERON LOS TACONES"


Coincidimos en el 27. El subió en Colón, empapado. Unas gotas de agua resbalaban desde su pelo negro y caían, lentas, sobre sus hombros. Me miró y sonrió. Durante unos segundos esos ojos reflejaron los prados verdes de mi adolescencia, las tardes de sandías junto al río y el olor a testosterona de las noches. Los mismos ojos, el mismo pelo cayendo indolente sobre su frente y esa sonrisa que me persigue desde hace cuarenta años.

Me bajé en Atocha, nerviosa y azorada como una adolescente. El me dijo adiós con un parpadeo. Caminé deprisa hasta mi portal, tratando de escapar a mis recuerdos, de borrar los ojos de aquel que pudo ser el hombre de mi vida, de éste que pudo ser mi hijo. Corrí, apoyada en mi bastón, huyendo.  Entré en el portal tropezando con la alfombrilla. Trastabillé y me equilibré, después se me rompieron los tacones, se me craqueló el maquillaje, las canas me arrollaron y el alma, encogida, la deposité junto a mi dentadura en el vasito de la mesilla.

RELATO GANADOR EN "A MANSALVA" EN LOS LOS DIABLOS AZULES con ISABEL GONZÁLEZ

martes, 10 de abril de 2012

EL AFAMADO CAZADOR DE DEDOS


-         ¡Paco! Ponme otro chato, anda –Anselmo deja el vaso sobre la barra.
-         Ahí tienes, tu clarete.
-         Oye, ¿ese de allí no es el del tiro en el pie?
-         Si, el que está con el Anselmo –tercia Julio desde el taburete de al lado
-         Pues todavía parece que cojea.
-         ¡A ver!  Se llevó por delante dos dedos. Calla, que vienen p’acá
-         Hombre, Julio, ¿qué tal? –el recién llegado, vestido con una chaqueta de pana verde nuevecita y un sombrero con plumas de faisán,  da unas palmaditas en la espalda a Julio.
-         Ahí vamos, ¿y tú?
-         Tirando, ya sabes.
-         ¿Conoces a Luis?
-         ¿Qué tal? –con una mano saluda a Anselmo y con la otra se quita el sombrero y lo deja en el taburete de al lado.
-         Bien, hombre, bien.
-         Paco, pon otra ronda por aquí.
-         A mí mejor una Mahou, que ando todavía con las medicinas –la chaqueta verde nuevecita brilla como la piel de un cervatillo cuando se inclina sobre la barra.
-         ¿Y qué, a echar un ojo a los comederos de los guarros?
-         Bueno, a dar una vuelta a ver como va la cosa.
-         ¿Como va a ir, con tanto furtivo? ¡Pues mal! –Anselmo chasquea la lengua y resopla.
-         No será ‘pa’ tanto hombre, mira que te quejas –Julio pela un cacahuete y sonrie.
-         Di que sí, Anselmo, que tienes razón, coño, que todos pagamos el coto y siempre hay algún cabrón que nos levanta las piezas –dice Paco mientras pasa un paño por la barra.
-         Joder como os ponéis, ni que no hubiera caza para todos.
-         Coño, es que pa pagar los comederos todo el mundo anda tieso, pero luego, cada dos por tres aparece algún jabalí herido.
-         Bueno, yo me voy. Venga, cóbrate la ronda –Luis saca la cartera, deja cinco euros en la barra y se pone el sombrero.
-         Pos hasta mañana, hombre, y gracias por el chato.
-         Venga hasta mañana –se abrocha la zamarra y sale cojeando.
-         Oye, Anselmo ¿de verdad éste se disparó limpiando la escopeta?
-         Eso dice él.
-         ¿Y?
-         Pues que el Gregorio dice otra cosa.
-         ¿Y que dice?
-         Pues que estaba esa noche esperando a un guarro en las Posaíllas y escuchó un disparo y unos gritos, y que era la voz de ese gilipollas. Y luego al otro día apareció muerto de un tiro un guarro de casi veinte arrobas.
-         ¡Hostias! –dice Julio.
-         ¡Amos no me jodas! Así que el señorito se cagó de miedo cuando se lo encontró de frente.
-         El afamado cazador de dedos, como le llama mi hijo.
-         Chico listo tu hijo, y con retranca.
-         ¡Que lo mandó a una buena escuela, hombre! –Paco pone otro platillo con cacahuetes
-         Pues sí, que buen dinerito me costó –Anselmo hace un gesto con la mano.
-         Bueno, me marcho que la parienta se va a cabrear si llego tarde.
-         Venga saluda a tu mujer de mi parte –dice Paco mientras lava un vaso.
-         Hasta mañana, parroquia.

PD: De verdad de la buena, que esta historia ya tiene un par de años...

jueves, 5 de abril de 2012

REMATE FINAL - Microrrelato Indignado


Emilia, según pasaban los meses, iba vaciando su vida de esperanzas. Durante los años de cajera en aquel supermercado de las afueras con un salario de miseria, consiguió hacerse con unos ahorrillos. Después de dos años sin trabajo, sin ingresos y sin futuro, tiene que ir haciendo economías para sobrevivir. Comenzó vendiendo la tele, un abrigo, su anillo de compromiso, la cafetera que le regaló Manuel, todo lo que tenía algún valor ya lo ha vendido. Hoy, sin poder soportarlo, acaba de tirar a la basura su sueño de ser madre. Sabe que eso no se vende bien.

domingo, 1 de abril de 2012

PRIMA DE RIESGO


Hasta hace unos días nunca había oído hablar de ella y ahora es famosa. Mamá dice que no haga ni caso, que esa no es de la familia, pero a veces las madres no dicen la verdad. El otro día, en uno de los periódicos de esos gratis que lleva la profe de mates, hablaban de ella, pero cuando mostré interés me miró raro. Incluso la nombraron en el telediario anoche, pero como yo estaba leyendo un cuento de princesas, llegué tarde. No sé que pensar, esto de ser hija única, de padres hijos únicos, no da primos. O al menos eso es lo que dice la seño. Anita Rengel, mi compañera de pupitre, dice que ella tiene muchas, pero claro es que la familia de Anita es enorme. Pero enorme enorme, imagínate, son tres hermanos. Y ella sí que tiene primas, muchas, no como yo. Estoy deseando conocerla. Por eso no entiendo que mis padres me miren mal cuando les pregunto cuando voy a conocer a la prima.